MALDITO DUENDE

Hé oído que la noche es toda magia, y que un Duende te invita a SOÑAR

Archive for the ‘Salomé’ Category

Porque…

Posted by Fernando Narvaez en octubre 14, 2008

Casi ocho meses pasaron desde la última vez que en este blog se publicó algo. Pasaron muchas cosas en mi vida desde entonces (casi como en la vida de todos), incluso una no tan agradable. Para los que no se enteraron, en julio me detectaron un cáncer que con un tratamiento (duro por cierto) ya tenemos casi controlado. El punto es que iba a escribir sobre la enfermedad y para que sepan más o menos de que se trata y cómo se va sintiendo uno, pero decidí que lo mejor era escribirle a alguien que se lo merece mucho más. Alguien que me ayudó a vivir y no a algo que pretendió matarme. O sea, como el 80% de este blog, lo que sigue está dedicado a mi Salomé del alma, mi Lady Blue.

Porque…

… el 16 de Julio no dudaste. Dejaste todo y de los pelos me llevaste al sanatorio.
… me ayudaste a caminar por los pasillos del sanatorio, doblado como estaba por los dolores de estómago y espalda.
… esperaste conmigo cada estudio y cada resultado.
… cuando el veredicto fue la internación, no me dejaste solo ni un segundo.
… cuando los resultados de los estudios arrojaron que lo que tenía era un tumor germinal (cáncer testicular), no te asustaste ni permitiste que yo lo hiciera.
… estuviste y estás conmigo en cada sesión de quimioterapia.
… fuiste vos quien pasó la máquina por mi cabeza y acabó con los pocos pelos que me dejó el tratamiento.
… me contuviste cuando los efectos del primer ciclo de quimio hicieron desastre con mi cuerpo entre vómitos, llagas en la boca y la pérdida de la módica suma de 30 kilos.
… me ayudaste a caminar de la cama al baño.
… me contuviste cuando mi mano derecha apenas respondía y no podía siquiera sentarme a escribir a la máquina.
… me abrazaste y secaste mis lágrimas cuando la tristeza me ganaba ante cada: ¿Por qué a mí?
… te hiciste cargo en un cien por cien de nuestra casa.
… me ayudaste a vestirme y desvestirme cuando no podía casi moverme y jamás me hiciste sentir la humillación de no poder hacerlo solo.
… me cagaste y cagás a pedos ante cada pelotudez que dije y, a veces, digo.
… cuando llegaron las transfusiones tampoco te moviste de mi lado.
… soportaste cada noche en las que no podía pegar un ojo y me la pasaba desvariando.
… cuando pude volver a comer después de casi un mes, resolviste cada capricho alimenticio de manera expeditiva, y así, saciar mi hambre voraz. Así conseguimos aumentar 14 kilos en un mes.
… entonces bajó el calcio y la oncóloga nos mandó por una inyección a la clínica y nos quedamos internados 10 días. Otra vez no te moviste de mi lado pero, por suerte, pude convencerte y hacer que vinieras a dormir a casa.
… durante la internación nunca me dejaste sin los chipacitos de queso (calentitos) de Delicity.
… volvimos a casa y con el calcio en su sitio, empecé a valerme por mí mismo casi por completo. Así y todo no me sacaste el ojo de encima y no dejás de cuidarme.
… un día subió la fiebre y con ella los glóbulos blancos se fueron al tacho y las defensas cayeron como las bolsas del mundo. Otra internación. Esta de sólo 5 días (esta enfermedad nos robó demasiadas noches de dormir juntos) y estabas como siempre a mi lado viendo como goteaba el suero en mis venas (a estas alturas, destruidas por cierto).
… ahora estamos juntos otra vez en casa, esperando encarar de una vez la última etapa del tratamiento. Juntos como siempre. Te necesité siempre y muchas veces la enfermedad no permitió que lo manifestara de manera clara, y vos supiste decodificarme quedándote siempre a mi lado.
… hace poco mas de 3 años te lo dije y hoy lo repito de manera «literal». «No me cambiaste la vida… me la diste»

Fernando A. Narvaez

Video: Enrique Bunbury – «Lady Blue»

En Salomé quiero juntar a toda la gente que estuvo y está a mi lado en estos tiempos. Mi madre que, a sus casi 70 se convirtió en niñera de su hijo de casi 40, ya que viene todas las mañanas a quedarse conmigo mientras Salo va a trabajar. Mi hermana y mi cuñado por los traslados, trámites, comidas, remedios, chocolates, etc., etc., etc. La suegra de mi hermana, quien puso su cuota de nanny y hasta se subió los 11 pisos por la escalera ante un corte de luz. Mis suegros, cocineros y también niñeros. Mis cuñados (hermanos de Salo) grandes compañeros y sosténes de Salo. Rodrigo hermano de la vida y enfermero (nadie me vio tanto el culo como este tipo en los últimos tiempos) Gustavo y Silvia por los remedios y los mellizos. Mariana por su compañía y su notebook. Fabio por su taxi y por su aguante. Gons y su Post. Cada uno de los dadores de sangre que, en muchos casos, ni conozco. Y un montón que me olvido y espero sepan disculpar mi mente disminuida por la enfermendad. A todos y cada uno: ¡Gracias por mi vida!

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Proposición

Posted by Fernando Narvaez en diciembre 12, 2007

¿Y si nos amamos
en el silencio de una rosa?

Fernando A. Narvaez
Foto: Lady Blue

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Mensajería Instantánea

Posted by Fernando Narvaez en May 10, 2007

Cuando en la esquina inferior derecha de la pantalla aparecía el cartel que anunciaba que ella estaba en línea, él sentía que la “cursilería” del mundo se hacía presente y lo pintaba de los más variados colores; rosas, rojos, amarillos, verdes y azules, giraban en un carrusel mágico de fascinación por su imagen y desesperación por no tenerla frente a sí. Fascinación que no lo deja de fascinar y la desesperación que termina por desesperada.

Ella por su parte y su arte, esperaba que el mismo cartel apareciera en la esquina inferior derecha de su monitor, no anunciando la conexión del sujeto en cuestión (ya lo había visto en línea) sino el saludo pertinente con una rosa que se abría y se cerraba de manera acorde a la cursilería de los latidos de su corazón.

Pasaron los días (junto con el tiempo) y ellos solos, se fueron convirtiendo en dos ventanas en una pantalla, intercambiando extrañas caras y raras pelotitas con ojos que brindaban flores o arrojaban besos, con manos que sólo Dios sabe de dónde es que las sacan. Dos personas en dos lugares distintos del planeta, con realidades y vidas diferentes y paralelas, pero… como todas las líneas que se precien de tal, se unen en el infinito.

Hoy, después de seis meses de charlas virtuales, casi un año y medio de noviazgo y de un tiempo de convivencia, estoy en condiciones de afirmar que sus vidas ya no están separadas de manera equidistante al principio, en el centro y en el final, sino que ambas se unieron en el punto infinito que marca el icono del kilómetro cero que se encuentra en la unión de sus cuerpos, sus almas y sus corazones.

Fernando A. Narvaez

Sigo con la recomendación permanente del nuevo blog de Salo (mi esposa): Lady Blue

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El Regreso

Posted by Fernando Narvaez en May 7, 2007

Otra vez por acá, volviendo sin haberme ido. Porque en realidad jamás me fui, siempre estuvo colgado este blog de la red para todo aquel que haya querido cometer el error de entrar.

Es muy raro esto de no escribir, pasaron casi cinco meses desde que me senté tranquilo en mi casa frente al monitor de la Pc. Hoy mis dedos vuelven a acariciar el teclado y es una sensación que gracias a dios puedo disfrutar. Ya me anoté en el casting del próximo Gran Hermano, quizás logre que alguna editorial se compadezca de mi humilde obra y me publique. Está claro que ese es el camino indicado.

Pasaron muchas cosas en mi vida desde aquel entonces, pero la más importante es que mi mujer, no sólo es mi mujer sino que además se ha convertido en mi esposa por decisión propia, juro que no la amenacé ni nada que se le parezca.

Hoy estamos armando la base de una de las más bellas familias que te puedas imaginar. Y esto lo logramos por el sólo hecho de que Salomé es la parte femenina… yo acompaño. Hasta tenemos a Gandalf

Gandalf the Cat

Y aprovecho para darles a conocer la noticia de que mi Salo, ha inaugurado su blog: Lady Blue

Hemos vuelto… sólo debo ponerme a pensar en algo para contar…

Fernando A. Narvaez
Foto: Gentileza de Silvia Lago de Manrique

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Podría llamarse GRACIAS

Posted by Fernando Narvaez en marzo 20, 2007

Y todo pasó como en un suspiro. El día más grande de nuestra vida es un recuerdo que nos acompañará en los corazones por el resto de nuestra existencia. Es una suerte que existan las filmaciones y las fotografías. En cuanto pueda volveré a ver la ceremonia religiosa ya que, si bien estuve ahí, juro que no la vi. El “Padre Marcelo”, a quien no sabremos jamás como agradecerle el gesto de viajar exclusivamente desde Córdoba para casarnos, le manifestó a los familiares y amigos presentes que los novios (Salo y yo), por sus caras, estaban como dicen en Córdoba: “Como palo de gallinero”. Te lo traduzco: todos cagados.

Muchas cosas y mucha gente a la que le debemos una gratitud inmensa. A mi familia, a la de Salo, a los amigos que con su colaboración hicieron que logremos no sólo el agasajo que soñamos sino que consiguieron que todo saliera mejor de lo planeado.

Dos personas y sus detalles: Mariana, amiga personal de Salo y hoy amiga personal mía, quien se erigió en una “Personal Wedding” de toda la cancha, recuperando, parando y distribuyendo la pelota por toda la cancha y pelando cebollas a troche y moche todo el viernes anterior. Gons: que para que tengas una idea de la magnitud de lo que hizo, fue quien puso la alfombra roja en la Parroquia San Roque, para que Salo llegue sin tropiezos hasta el altar. Además nos ayudó el sábado con la preparación de 20 docenas de empanadas de carne y trajo el vino desde Neuquén.

Más detalles: el relleno de mi madre, los matambres, sandwiches y pizzetas de missuegros, las bandejas de Susana y los centros de mesa de Estela y Mónica, Silvia y su torta, los Champagnes de Fabio, la caminata de Christian con las alianzas delante de la novia, mi hermana y su lectura, mi cuñado y su auto con moño, Rodrigo y su Uno de flete, Alfredo y sus fotos, Brenda y sus tarjetas. Los testigos del civil, Adriana, Mariana, Rodrigo, Gustavo y Daniel (que no pudo por trabajo) y la que decidió por “motus propio” no serlo. Los de la Iglesia: Silvia y (otra vez) Gustavo. Los que estuvieron en el civil y no en la iglesia, los que estuvieron en la iglesia y no en el civil, los que estuvieron en ambas ceremonias, los que no estuvieron en ninguna y sí en nuestros corazones.

Detalles y más detalles y los que seguro se me olvidan, sin ofender a nadie, claro.

Por todos estos detalles solo me resta agradecer eternamente a todos aquellos que con su presencia o ausencia nos apoyaron y nos impulsan a ser mejores personas día a día.

Y gracias a todos los bloggers por la paciencia de soportar mi ausencia en este medio

Salomé y Fernando

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