MALDITO DUENDE

Hé oído que la noche es toda magia, y que un Duende te invita a SOÑAR

Archive for the ‘Reflexiones’ Category

Ley Argentina

Posted by Fernando Narvaez en octubre 31, 2008

Lo que sigue, es un extracto del art. 208 de la Ley de Contrato de Trabajo argentina:

Art. 208. – Plazo. Remuneración.

«Cada accidente o enfermedad inculpable que impida la prestación del servicio no afectará el derecho del trabajador a percibir su remuneración durante un período de tres (3) meses, si su antigüedad en el servicio fuere menor de cinco (5) años, y de seis (6) meses si fuera mayor. En los casos que el trabajador tuviere carga de familia y por las mismas circunstancias se encontrara impedido de concurrir al trabajo, los períodos durante los cuales tendrá derecho a percibir su remuneración se extenderán a seis (6) y doce (12) meses respectivamente, según si su antigüedad fuese inferior o superior a cinco (5) años.»

Por lo que se desprende que: según esta ley tenés que curarte, por ejemplo un cáncer (tal es mi caso), en menos de tres meses porque si no tenés más de cinco años en el trabajo, no te pagan más el sueldo. A los que dictaron las leyes y a los que hacen cumplir «algunas» leyes no les importa que uno use ese dinero para comprar los remedios del tratamiento.

¿Qué pasa con los aportes a la Obra Social? Si uno está usando la del trabajo y estos dejan de hacer los aportes… ¿el enfermo se queda sin cobertura?

Como decía el Viejo: «En ese país no tenés derecho ni a enfermarte»

Fernando A. Narvaez

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A tener en cuenta…

Posted by Fernando Narvaez en febrero 17, 2008

…sólo verás del Iceberg, lo que él quiera mostrarte. (Igual que como pasa con la gente)

Foto: Google

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Es inútil…

Posted by Fernando Narvaez en enero 22, 2008

…que te esfuerces. Sólo conocerás de una persona, lo que ella esté dispuesta a enseñarte.

Ilustración: Luis Royo

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Pasado

Posted by Fernando Narvaez en diciembre 19, 2007

Hoy me levanté, diría, reflexivo en función de cierto pasado. Quizás venga impulsado por el texto de Marcos y por la pintada que vi ayer en una pared del barrio que oraba: “El pasado es la alegría de las almas tristes”.

Me puse a pensar en cómo sería el alma del autor de la frase, o al menos de aquel que compró el aerosol y la estampó en la pared de Villa Urquiza. Intenté ponerme en la piel de distintas almas (empresa imposible, por cierto) y traté de imaginarme cómo sería el alma de una persona que pasó varios años en prisión; supongo que será bastante triste, pero no creo que precisamente su pasado le proporcione alegría.

Por otra parte está quien no puede cortar el cordón umbilical con su pasado, y lo busca y lo trae constantemente a su presente. Muchas veces está bueno, conozco casos de gente que habiendo sido pareja de alguien y, con la posterior disolución de dicha relación y al hacer cada uno su vida, pudieron años más tarde convivir de manera efectiva con sus parejas actuales. Creo que esto se basa principalmente en la sinceridad, si las cosas son claras de entrada no hay duda de que con el tiempo, las espinas que se incrustan en la piel al momento de la noticia y de la primera experiencia frente a la ex pareja del otro, se desprenden y se puede comprender que ya no existe nada entre esas dos personas.

Pero hay veces en que el pasado no se sabe manejar de forma efectiva. Me ha ocurrido que, producto de la inexperiencia y hace muchos años, cometí el error de enfrentar a mi pareja de aquel entonces con una mujer que lo había sido algún tiempo atrás. Al tiempo y  por un error involuntario (o básicamente, torpeza) la mujer que compartía mi vida, supo que aquella otra había sido mi pareja. Nunca me enteré de la violencia de la situación a la cual la enfrenté hasta que, claro, me pasó lo mismo. No me olvido del dolor y de la incomodidad provocada de ahí en más ante la sola mención del nombre del sujeto. Fueron situaciones provocadas inútilmente, y que se podrían haber evitado con un atisbo de sinceridad, en el hecho de darle la posibilidad de elección al otro: “Che, fulana/o, mirá que va a estar Mengana/o que en el pasado fue tal o cual cosa mía”. Como la zorra y el Principito, al menos deberíamos permitir que quien nos acompaña, prepare el corazón. Si esto no ocurre, la cabeza le va caer irremediablemente en una vorágine, y va a comenzar con la suma de situaciones, encuentros casuales, llamados telefónicos y “demases” que de manera rápida le darán la imagen de “perseguido”. Pero nunca vamos a entender que estuvo en nuestras manos evitar esa pintura con, tan solo, un poquito de sinceridad. Obvio que la sinceridad, en muchos casos no funciona de manera efectiva, pero nadie podrá decirnos que no hicimos lo “políticamente correcto”. En la mayoría de los casos confundimos la falta de franqueza con protección, pero la verdad ante todo, el pasado no lo vamos a poder cambiar, pero él sí o sí, va a influir en nuestro presente. Depende de nosotros saber manejarlo.

Entonces, volviendo al principio y tratando de entender un poco la frase de la pared, al momento de no haber sido lo sincero que requería la situación, mi alma ¿estaba lo suficientemente alegre? En estos casos estoy bastante de acuerdo con la pintada.

Y ¡basta! No quiero aburrir más con reflexiones inútiles, ayudame y hacelo conmigo, dejame tu pensamiento al respecto, que yo me voy a la calle a buscar más paredes pintadas. Quizás me encuentre con algún viejo graffiti de Los Vergara (hoy hermanos Korol) como aquel que ví una vez en la esquina de Mariano Acha y Olazábal que decía “A caballo regalado sacrificalo con cariño”.

Fernando A. Narvaez

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Calor

Posted by Fernando Narvaez en octubre 19, 2006

Siempre es placentero,
refrescarse después de un dí­a
arduo y caluroso de trabajo.

HDL

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